Tú.

sábado, 30 de mayo de 2009

 

Sostenía tu mirada desde hacía bastante rato,la sostenía y una sonrisa se asomaba por entre tus labios y me hacía sentir bien.De nuevo,posé mi mirada en tus ojos del color del atardecer y vi aquel brillo en ellos,un brillo que parecía eterno,una vez más,experimenté esa sensación de tranquilidad.
El silencio era dueño de nuestras palabras,la mente estaba bloqueada pero el corazón seguía su curso...la respuesta tan solo estaba en el.Sentí alegoría al ver que al estar tan cerca,pero a la vez tan lejos,tu seguías observandome como quien mira con dulzura algo que ama.Al siguiente amanecer,tus ojos tomaban de nuevo el color de un vivo marrón oscuro,infinitos como el horizonte.
Sentí pura felicidad,al poder verlos otro día más,puros como el agua cristalina,sinceros que hasta me dolía amarte.De nuevo cartas de amor llegaban a mi puerta,trayendo desde muy lejos,tus besos llenos de locura y amor.Entonces fue,cuando a orillas del río...me senté y lloré.Tus ojos perdieron aquel brillo y tomaron el color de un anochecer,despidiendose por la ausencia que causaba nuestro silencio.Demasiados fantasmas rondaban la noche,demasiados pensamientos al dormir gritaban en mi cabeza...el amor acabó.Llevándose los besos,los abrazos...que volaron muy lejos,dejando en mi puerta,no una carta si no un adiós,que quebró mi alma en dos partes,es entonces cuando busco con alguna esperanza,encontrar mi otra parte,aquella que se perdió y que debe vagar por alguna parte del universo,quizás entre tus calles.

De nuevo...a orillas del río,me senté y lloré...nunca volverían tus besos.
Mirada infinita...que me robó el tiempo.

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